El entrenamiento nace de la intuición y debe basarse en la observación. El entrenamiento tiene sus bases en el sentido común. El entrenamiento se gesta en nuestro interior, se nutre de nuestro talento, de nuestra imaginación y se sustenta por todo aquello, que en forma de formación, consumimos.
No entiendo el mundo del entrenamiento y del entrenador sin basarme en el principio vocacional que se supone para esta profesión. La vocación elimina la fatiga, el aburrimiento, la rutina y todo aquello que se parezca a la monotonía.
Entrenar es inventar, observar, emocionar, emocionarse, regalarse a uno mismo sabiduría, vida… entrenar es escuchar, aprender, enseñar, fluir con aquello que amas… entrenar es acertar, equivocarse, atreverse, reír y también llorar…
El entrenamiento debe tener una hoja de ruta muy establecida. A partir de ella debemos trabajar y con ella debemos evolucionar y adaptarnos a las circunstancias. No podemos llegar al entrenamiento sin tener claro que queremos trabajar … pero sobretodo no podemos llegar al entrenamiento sin saber que debemos trabajar.
Si tenemos establecido nuestro entrenamiento en un papel o en una plantilla al uso , concretaremos las acciones, acertaremos con el orden y con los tiempos y lograremos la evolución de los ejercicios.
Debemos ser hábiles y saber adaptarnos a lo que ese entrenamiento nos depara ese día. A veces tenemos estructurado un ejercicio y debemos adaptarlo en el tiempo o en el modo de ejecutarlo. Debemos aplicar la lógica observando como evolucionan sus movimientos y como lo absorben y ejecutan nuestros jugadores.
Para mí uno de los principales errores en los entrenamientos es no adaptarse a lo que se debe entrenar. A veces el entrenador impone sus “deseos” de trabajar un determinado concepto o ejercicio sin tener en cuenta que el Equipo y los jugadores en cuestión necesitan otra cosa. Nos falla, por lo tanto, en ese momento, la parte de la observación.
Acertar en lo que se debe trabajar es una de las claves para conseguir éxito en nuestros entrenamientos. Observar y adaptarnos a las circunstancias también. Saber encontrar el equilibrio entre lo que debemos hacer y lo que queremos hacer será básico para obtener el mejor rendimiento y la mejor progresión de nuestros jugadores.
A veces saber escuchar los ruidos de un Entrenamiento nos da la clave para seguir creciendo…
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