Si quieres ser mejor concédete más oportunidades.
Estos últimos cuatro años he realizado sesiones de acompañamiento a distintos deportistas, y existe en todas ellas un denominador común aparte de las excusas. En las múltiples sesiones, el deportista habla, y mucho, de querer ser mejor, y la mayoría lo hacen sin estar demasiado dispuestos a lidiar con la incertidumbre, con las frustraciones, con la pereza, con la importancia de sacrificarse y poner en marcha el capítulo de las prioridades en su vida, y también, lo hacen sin demasiadas intenciones de cambiar y tomárselo todo como un aprendizaje, en el que hay subidas y bajadas, luces y sombras, y en el que sobretodo debe de haber una gran dosis de empeño, paciencia y aceptación cuando no todo sale como queremos. En el proceso el deportista debe reconocer que las adversidades y los giros de guión solo vienen a visitarnos para que nos demos cuenta de que podemos lograrlo, y para preguntarnos ,a la cara, si de verdad estamos dispuestos a ofrecer nuestra mejor versión, para lograr lo que deseamos.
En el escenario de muchos deportistas no se contempla otro plan que no sea el que ya tienen de antemano diseñado en su cabeza. Muchos piensan que todo debe salir como lo tienen en su imaginario, y ahí reside el problema. El mundo real de la competición o del entrenamiento a menudo tiene otros planes para el deportista que espera que todo debe salirle bien, y es en ese cambio de planes, donde se diferencia un deportista de otro.
Existe el deportista que enciende el ventilador de las excusas cuando el mundo real le trae unos planes distintos a los que él esperaba, o simplemente cuando le empiezan a salir no del todo bien las cosas… golpea mal la bola, defiende mal, pasa por una crisis goleadora o simplemente no está preciso y suelto en general, no juega todos los minutos que cree que debe jugar y así un largo etcétera. Es entonces cuando culpa al entorno, al entrenador, al estado de la pelota, del campo, de las bolas, a la exigencia del calendario, al frío o a la calor o al universo.
Y existe el deportista que acepta que a veces no todo sale como queremos y que , a veces, las cosas pueden no salir del todo bien. Puede ser que no esté tan preciso, que no esté en estado de gracia frente al gol o que no juegue los minutos importantes de partido. Es entonces, cuando pone en marcha el motor de la constancia, del esfuerzo, del entrenamiento invisible, de la aceptación, de la ilusión y del empeño por conseguir lo que desea, estando dispuesto a hacer lo que haga falta y este en su mano.
Para mi la gran diferencia entre un deportista y otro es que uno de los dos no sabe ,o no acepta, que todavía no es demasiado bueno o tan bueno como él cree y que no ha sabido leer todavía entre líneas, que si quiere ser mejor debe concederse mil oportunidades.
Cuando encuentras obstáculos en el camino es una señal que hay algo que debes entrenar más. Si la bola no rueda bien, entrena con una bola que no ruede bien. Si el campo es rugoso, entrena más en campos rugosos. Tienes razón.
Te admiro Ferrán. Te admiro por todo lo que estás ofreciendo para mejorar el hockey patines. Estoy seguro que estás viendo unos polideportivos con 5000 personas cada semana animando a su equipo en Fuengirola, en Pamplona, en Zafra, en otros países como El Salvador, México, etc. Y aunque no lo veas físicamente, yo se que lo estás viendo.
Te admiro porque estás viendo vivir del hockey a tí y a otros muchos que aman este deporte. Se que con la ayuda de todos vosotros lo váis a conseguir.
Te admiro!!
Muchas gracias Alberto por tus comentarios. Es muy satisfactorio recibir mensajes así. Agradezco tus palabras. Los obstáculos casi siempre son puertas para continuar aprendiendo.
Gracias y un abrazo