La palabra gracias, para mi, es una de las más bonitas del mundo. Y lo digo no solo por lo que significa pronunciada desde el corazón, sino también por el impacto que tiene en los demás y por la energía que crea en el ambiente.
Agradecer hace crecer nuestra conciencia y expande la energía de nuestro corazón al mundo. Agradecer no cuesta dinero y su efecto es multiplicador en forma de gratitud en las personas.
La palabra gracias es reparadora, aunque a veces sea de forma inconsciente, para el que la recibe, y genera una vibración especial para aquel que la emite.
Hay gente que no la tiene en su vocabulario ni en su mente y que corretea por ahí sin decirla ni una sola vez. La obvian demasiadas veces y creen que ya se presupone. Hoy he pensado que hay gente que no la tiene en su vocabulario porqué tampoco la tiene en su corazón.
Cada cual libra su batalla y está entrenado para lo que está. Siempre he preferido ni juzgar ni etiquetar. Cada cual sabe lo suyo y lidia con sus luces y con sus sombras como quiere, como puede o simplemente como sabe o le han enseñado.
Siempre que puedo, en mis sesiones de acompañamiento personal, le digo a aquellos que lo están viendo todo en contra, de color gris y con poca esperanza… que se detengan un segundo y piensen en dos cosas:
- Qué puedo agradecer hoy ?
- A quién puedo darle las gracias hoy por algo que hizo o ha hecho por mi…?
La respuesta es reparadora y con ella el camino del agradecimiento acaba de empezar. El viaje es de lo más sanador y reconfortante. Está lleno de nuevos pensamientos y de nuevos lugares por explorar.
Y tú… que vas a agradecer hoy ?
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